1) En todos los casos -y sin excepción alguna- el aborto directo es el homicidio de una persona humana. Persona pequeña -unicelular tal vez- pero embrión humano o feto humano que nunca debe ser eliminado. Nunca, así sea por deseo de la madre, o del padre, o de los abuelos y menos -desde luego- con autorización legal.

2) Los políticos, los legisladores y las autoridades no deben tratar de que los médicos, que por vocación, profesión y tradición hipocrática han jurado defender la salud y la vida, empiecen a practicar abortos y maten a personas pequeñas, débiles e indefensas.

3) El Código Penal Argentino, en su Art. 86 dice que el aborto no es punible «si el embarazo proviene de una violación cometida sobre una mujer idiota o demente «. Nótese bien que el Código no dice que permite el aborto en esos casos, sino que: «no es punible» si ya se lo practicó. La verdad es que esta excepción de no punibilidad es un mal texto legal, porque está contra la ley natural. Cuando una ley o un párrafo de la ley positiva, no coincide con la ley natural es una mala ley o un mal párrafo legal. Y ello es así porque es injusto y trágico matar a un niño, tanto sea su madre normal, como idiota o demente.

4) Permitir el aborto o ampliar, como se pretende ahora, la no punibilidad que el Código equivocadamente otorga cuando la mujer es idiota o demente, a los casos de mujeres psicológica o psiquiátricamente normales, esagravar el problema y permitir libremente el homicidio de niños pequeños, justamente por ser pequeños y débiles.

5) Por otra parte, permitir el aborto en cualquier caso de violación, es en realidad permitirlo en todos los casos sin excepción alguna. En efecto, cualquier madre que quiera abortar a su hijo, podrá argumentar que fue violada y tendrá derecho a abortar.

6) El Consorcio de Médicos Católicos exhorta a los políticos, a los legisladores y a las autoridades a defender la vida y la salud de todos los ciudadanos sean viejos, adultos, jóvenes o niños recién concebidos en el seno de sus madres.

7) Para los católicos esta Declaración tiene mayor fuerza, al haberse emitido en la semana en que se conmemoró, el 25 de Marzo, la Anunciación de María y la Encarnación de Su Hijo. Que Ellos protejan a los embriones y fetos humanos.

Dra. Susana P. de VAUCHERET (Secretaria) Dr. Carlos Abel (Vicepresidente) Y Dr.Carlos CARRANZA CASARES (Presidente)