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Buenos Aires, Lunes 28 de Febrero de 2005
AÑO: LXXX | Edicion N°: 20613


Ley_19550
Ley_22315
Decreto_1493
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Informe Económico: Panorama en Argentina
Política Económica Nacional La presente publicación es una síntesis del Informe Mensual de Coyuntura USAL elaborado por los miembros del Taller de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del Salvador.

Bajo el signo del pragmatismo, las políticas monetaria y fiscal fueron en algunos aspectos expansivas y en otros contractivas. La combinación de instrumentos permite constatar un aprendizaje rápido en su uso y en el conocimiento de las expectativas sociales. El resultado fue un crecimiento muy vigoroso de la actividad y del empleo; un aumento de las reservas internacionales con tipo de cambio estable; la reducción del balance comercial y un salto seguramente transitorio en la tasa mensual de inflación. Aunque se descartó de plano la posibilidad que la economía esté recalentada, queda la sensación que en diciembre se exageraron los esfuerzos fiscales expansivos y que este tipo de decisiones no pueden repetirse. La tarea actual es administrar los desequilibrios propios de una economía que transita un período de fuerte reactivación, y que se encamina hacia un crecimiento basado en una mayor confianza de los agentes. Por este motivo, el gobierno no debe minusvalorar, al momento de diseñar e implementar su política, los factores exógenos que pueden exagerar el ciclo económico. Se ha podido comprobar que la velocidad de transmisión entre aplicación de instrumentos y resultados es alta y que las consecuencias de un pequeño descalce genera efectos negativos de inmediato. Aun así, esta noticia es positiva: sabemos que las políticas de demanda siguen siendo efectivas para estabilizar el ciclo. Si se las usa prudentemente, se puede maximizar la velocidad hacia el pleno empleo con baja inflación y equilibrio externo.

Perspectivas

Como lo anticipábamos meses atrás, la actual administración está enfrentada cara a cara con el trilema macroeconómico de la economía abierta: manejar simultáneamente la cantidad de dinero y el precio del dólar, y mantener la apertura financiera plena. Esto no parece sostenible, a menos que se desee transitar por el filo entre la inflación y la crisis externa. Si de desea compatibilizar crecimiento sostenido y baja inflación, debe renunciarse a uno de esos tres objetivos e introducir otros instrumentos. No cabe duda que en una economía con desempleo y con fuerte atesoramiento interno de riqueza financiera, el objetivo a renunciar es la apertura financiera total. El gobierno ha trabajado sobre este punto, pero no hay tiempo para grandes circunloquios adicionales. El ingreso de capitales especulativo debe ser frenado a menos que se desee perder de vista la recuperación industrial o caer en déficits cuasifiscales, ambos hechos de triste memoria. Por otra parte, los resultados de las recientes evaluaciones de los procesos de apertura financiera permiten concluir que no han sido condición necesaria ni suficiente para el crecimiento de las economías emergentes. Todos los países que sufrieron crisis de magnitud vincularon su política a esta decisión, por lo cual ni los organismos internacionales de crédito ni los economistas académicos de renombre hoy avalan a ojos cerrados estas medidas. Adicionalmente, el gobierno cuenta con el superávit fiscal con el fin de estabilizar el tipo de cambio y la tasa de interés. En este mismo sentido, sería muy oportuno que el superávit operativo sufriera un nuevo salto hacia los 25.000 millones de pesos anuales -sin contar provincias y municipios- tal que además de asegurar un tipo de cambio real alto y estable y un efecto crowding in, no existan dudas sobre el servicio de la deuda pública y el control de la inflación. Con respecto a la evolución del canje, la última y riesgosa jugada legislativa del gobierno para aumentar el costo de oportunidad de los tenedores de deuda en default, parece haber sido oportuna y, seguramente, efectiva. Por lo visto hasta el momento, los resultados únicamente se podrán evaluar al cierre de todo el proceso. En cuanto a las negociaciones con el FMI, las reformas estructurales o acciones que pide el organismo, tales como tarifas y coparticipación, si se encaran con sentido común, pueden ayudar sensiblemente a resolver los dilemas macro que antes enunciamos. Si a esto se suma el anuncio de postergar los pagos al Fondo que no son de cancelación obligatoria, la Argentina y el FMI forman, paradójicamente, «equipo». En el frente interno, el gobierno también debe resolver, más desde el ángulo político que desde lo económico, los conflictos por aumentos salariales. Es una prioridad evitar una espiral salario-precios. Para lograrlo, no se deberían descartar como medidas mantener el congelamiento de salarios públicos; no dar más aumentos por decisión oficial, y ligar estrechamente los aumentos salariales a los aumentos de la productividad y a los excedentes que tienen algunos sectores ganadores de la industria y del sector primario. Finalmente, urge cerrar acuerdos comerciales ambiciosos con UE y USA, así como de concretar la comunidad sudamericana de naciones. Con respecto a esta iniciativa, debe cuidarse que los resultados de las negociaciones no sean producto de la improvisación, ya que los mismos afectan el crecimiento del largo plazo y modelan la estructura económica y social del país, tanto en su dimensión funcional, como sectorial y geográfica.

Proyecciones

Con respecto a las proyecciones de las principales variables macroeconómicas de Argentina para el 2005, mantenemos las presentadas el mes anterior: crecimiento del PIB superior al 6%; aumento de precios al consumidor de 7,5%; tasa de desempleo del IV trimestre cercana al 10% y reducción substancial del superávit de cuenta corriente del balance de pagos. A corto plazo, el nivel de actividad económica del primer trimestre del año en términos desestacionalizados crecerá a un ritmo ligeramente inferior al del IV trimestre de 2004; la tasa de inflación mensual promedio Febrero-Abril convergerá a niveles de 0,6% y la tasa de desempleo del I Trimestre del año será cercana al 12%.

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