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Buenos Aires, Lunes 17 de Octubre de 2005
AÑO: LXXX | Edicion N°: 20619


Ley_19550
Ley_22315
Decreto_1493
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INFORME MENSUAL DE COYUNTURA ECONÓMICA
PANORAMA DE LA ARGENTINA - CONTEXTO POLITICO NACIONAL Se denota cierto hartazgo en la población como consecuencia del comportamiento de algunos candidatos a legisladores. Una de sus consecuencias, es la creciente anomia social, que se refleja en los resultados de recientes encuestas, las cuales registran un aumento del nivel de abstención y del voto en blanco. Debe reconocerse que hay factores que justifican la actitud actual de los políticos. El comportamiento histriónico y revulsivo ha sido corriente en todos los países, y en todos los tiempos; el homo videns actual, no consume ideas sino imágenes, cuya ingesta aumenta con el grado de emotividad o violencia de las mismas; y, finalmente, no son elecciones presidenciales, factor que resulta clave al momento de evaluar por qué los candidatos no debaten sobre cuestiones de fondo y agendas de políticas.


En las últimas semanas ha aumentado el grado de conflictividad gremial y callejera. El gobierno ha actuado con mayor firmeza que en otras ocasiones, quizás como consecuencia del efecto devastador que tiene sobre la opinión pública porteña el conflicto en un hospital pediátrico de alta complejidad, y la ocupación de espacios públicos. En ambos casos, el factor político de facciones extremistas supera el justo reclamo social, y todo indica que la sociedad premiará una buena gestión de estos conflictos.
La mediocridad del contexto político, sin embargo, tiene algo positivo: no afecta el devenir de la economía local, debido a que no hay discusiones de fondo entre los actores principales acerca de la política macroeconómica global que debe implementarse. La posición de fortaleza que detenta actualmente el gobierno, no reduce las expectativas sobre el tratamiento que recibirán algunos proyectos de ley que serán remitidas antes de octubre, como el presupuest2006, y otros que se ingresarían con el nuevo cuerpo, tales como los vinculados a los servicios públicos.

Política económica
Los datos más alentadores del último mes han sido la reducción en las expectativas de inflación a corto plazo, sin una paralela reducción del crecimiento económico esperado, y la caída de la tasa de desempleo al 12,1%. Estas buenas nuevas insuflan ánimo a la política económica del gobierno en los meses inmediatos a las elecciones de octubre. De todas maneras, debido fundamentalmente a cuestiones estacionales, debe tenerse mucho cuidado con exagerar a corto plazo los motores de la demanda agregada, en particular el gasto público y los aumentos salariales por decisión del gobierno. Es fundamental que la economía siga creciendo a buen ritmo, pero sin sobresaltos inflacionarios ni de la tasa de interés.
Como se lo señalaba en una editorial hace más de un año atrás, si la política económica era consistente, era poco probable que la economía se enfrentase con un cuello de botella “insalvable” debido a la falta de inversiones. Llegábamos a esta conclusión porque estábamos convencidos de que el mejoramiento en las expectativas de beneficios traería aparejado la inversión, y con ello el desplazamiento de la frontera productiva. Esto es lo que está ocurriendo en estos meses: las empresas continúan con planes de expansión, en particular, en sectores de bienes transables, que trabajan desde hace meses prácticamente al máximo de su capacidad. En cierto modo, el incentivo al empresario funcionó como se esperaba que funcione: si hay consistencia macro, y expectativas positivas de ventas, los empresarios concretan inversiones.
Dado que pudo comprobarse este principio, ahora conviene avanzar sobre los detalles de la política fiscal y crediticia vinculada tanto al sector productor de bienes como al de servicios. Los márgenes no son amplios, pero existen, como se ha visto con las medidas sectoriales lanzadas hasta el momento. También convendría acelerar el paso en el rediseño del marco regulatorio, y en la firma de los contratos de empresas proveedoras de servicios públicos, así como en un plan estratégico para ampliar la capacidad de generación de gas, petróleo, y de energías alternativas (biocombustible, hidrógeno, energía eólica y nuclear), y en el mejoramiento de la eficiencia del sector financiero, tanto privado como público. En otros términos, debe acelerarse la estrategia relativa al aumento sustentable de la oferta de tres factores que son clave para el crecimiento: infraestructura, energía y capital financiero para otorgamiento de créditos al sector privado.
En los últimos dos números del Informe sostuvimos que el banco central debía actuar para estabilizar el tipo de cambio, y que tanto el comportamiento estacional del comercio exterior, como la liquidez del mercado monetario y la inestabilidad del Brasil, actuarían a favor de la política cambiaria. Siguiendo casi literalmente este anticipo, el gobierno pudo ver como la moneda local se depreció ligeramente frente al dólar, sin que la autoridad monetaria debiera convalidar subas sustanciales de las tasas de interés para contraer los excedentes monetarios. Los instrumentos monetarios-cambiarios funcionaron adecuadamente hasta el momento. Algunos analistas consideran que el sistema para desalentar el ingreso de capitales especulativos no tuvo efectos. Sin embargo, no se puede evaluar el efecto disuasorio, que es el más importante de estos mecanismos, debido a la imposibilidad de una prueba empírica contrafactual. Además, es esencial que la evaluación se haga con una cierta perspectiva: no se lo puede evaluar cuando el mismo solo rige desde hace algunas semanas, y tuvo pocas oportunidades en ser puesto realmente a prueba. En definitiva, la evaluación es un poco temprana, y debe realizarse tomándose en cuenta el marco teórico y el verdadero mecanismo generador de datos. Finalmente, y como consecuencia del especial entorno financiero global, se registraron nuevos ingresos de capitales que permitieron retomar la tónica alcista en los mercados financieros locales. La persistencia de los mismos es incierta, por lo cual no puede concluirse que es necesario realizar cambios de importancia en la política monetaria y cambiaria.
Con respecto al mercado laboral, la caída de la tasa de desempleo al 12,1% fue una excelente noticia, algo que se complementa con la caída del uso del Plan Jefes y Jefas, y la paulatina reforma de los mecanismos de asistencia social al desempleado. Como lo indicamos en nuestra nota de este mes “¿Crea empleo el modelo productivo?”, la política económica actual genera más empleo que la Convertibilidad. Además, es muy elevada la elasticidad de creación de puestos de trabajo de mayor calidad, como son los puestos relevados por la Encuesta de Indicadores Laborales, lo cual permite inferir, muy preliminarmente, que la actual política económica crea empleo a muy buen ritmo, y que probablemente dicha creación es mayor en el sector formal y en los puestos de mayor calidad.


Datos proporcionados por:
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